CRÓNICA EL MOMO – TETSUO
CONCIERTO PRESENTACIÓN TETSUO – EL MOMO
Faltaban algunos minutos para las 22h del sábado y en el barrio del Gancho ya se respiraba rap. Gente joven con ropa ancha, gorras planas, cigarrillos de liar, alguna que otra lata de cerveza… Cualquier vecino que frecuentara la plaza Mariano de Cavia a esas horas sabía que algo se tramaba entre esas estrechas calles.
Y lo que se tramaba era que Mario Gutiérrez, más conocido como El Momo, se había encargado de vender todas las entradas para la presentación de su nuevo disco “Tetsuo”, publicado el 25 de mayo de este mismo año. El rapero, como ya fue reconocido entre risas durante el concierto, no había podido comenzar su gira con anterioridad debido a su complicada agenda. Y es que El Momo ha estado acompañando al gran Kase.O en la primera fase de su gira nacional e internacional de su álbum “El Círculo”, cuyo concierto clímax reunió a 14.000 almas en el WiZink Center de Madrid el pasado sábado 2 de diciembre.
Todos estos meses de espera no fueron en balde y sólo sirvieron para que tanto el artista como el público afrontaran este concierto inaugural con más ganas si cabe. Mientras los allí presentes entraban y se instalaban, la pequeña pero coqueta Sala Las Armas comenzaba a calentar sus subwoofers con, entre otros, algunos temas de “La Última Función”, el nuevo disco de otro rapero proveniente del barrio de Las Delicias: Maestro Sho Hai. Mientras unos optaban por ir a la barra a hidratarse, otros no desaprovechaban la oportunidad de sacarse una foto con su ídolo. Un Javier Ibarra camuflado entre la multitud, que convertiría una de las esquinas de la barra en un photocall que poco tenía que envidiar al de los premios Grammy Latino, por el que había pasado hacía apenas un mes. Por no hablar de los que seguían a través de la radio o del móvil el partido del Real Zaragoza de Borja Iglesias, que sería indirectamente protagonista más adelante.
Todo este revuelo y dispersión fue rápidamente disipado cuando entraron en escena Fleki Flex dj, primero y El Momo después, y se pusieron manos a la obra. Paradójicamente, “Cierzo” fue el tema elegido para romper el hielo, aunque el resultado no fuera el mejor. Los nervios de un Mario ansioso de comenzar esta aventura en solitario de nuevo, sumado a la apatía de su audiencia auguraban un concierto complicado de sacar adelante. Nada más lejos de la realidad. El zaragozano se puso el mono de trabajo y empezó tanto a deleitar a sus fans como a dejar boquiabiertos a aquellos que todavía no conocían su obra completa. “Alphabeto”, “Nightcrawler”, “Barfly”… Por cada canción rapeada, El Momo aumentaba un punto el calor de la sala, como si del fuego de una vitrocerámica se tratase. Tanto calentó el ambiente que más de uno se arrepintió de no haber guardado la fila del guardarropa. De hecho, pasado el ecuador del concierto, la organización tuvo que encender el aire acondicionado, aunque a nadie le habría importado que lo hubieran hecho incluso un poco antes.
El Momo comenzaba a meterse al público en el bolsillo. Las sorpresas anunciadas por el propio Momo en los días previos al evento empezaron a llegar en forma de visitas: primero los madrileños Rayden y Mediyama invocaron el “Sol de Marzo” con una canción a la alegría y, a continuación, Capaz vino desde Málaga dispuesto a disparar su “Bang-Bang” por la capital aragonesa. Además, que fuera la presentación de “Tetsuo” no impidió que se escucharan otras míticas canciones anteriores como “Freestyle”, “Fluye”, “Iguálame” o “Píldora”. Pero aún quedaba lo mejor. La verdadera sorpresa vino con el último tema del disco, “Fritura”, para el cual se requería la ayuda de otros “rappers” maños como Grossomodo, Ossian o Doblezero. Sin embargo, estos no fueron los únicos en empuñar el micro, ya que a ellos se les sumó el anteriormente nombrado Kase.O, que subió al escenario para aportar su granito de arena con unos versos de su tema “Libertad”.
Ya sólo faltaba el postre que el chef Mario había cocinado para este festín de rap, buen rollo y respeto. “Funky” fue, de lejos, el tema más jaleado e incluso bailado por la variada multitud de gente que acudió a Las Armas: aunque los veinteañeros y veinteañeras eran los más numerosos, se veía gente tanto que superaba como que no alcanzaba esa edad. Hubo incluso un par de niños que vivieron y disfrutaron del concierto en primera línea, a hombros de sus padres, contagiando su sonrisa a todos aquellos que todavía no la mostraban. El que no pudo estar pero seguro que le habría gustado es Borja Iglesias, delantero del Real Zaragoza cuya camiseta fue portada por El Momo durante el final del concierto. Es más que conocida la mezcla de amistad con admiración que existe entre Ángel Martínez, Borja y el propio Mario.
En definitiva, éxito rotundo de El Momo que, gracias a esta magnífica velada nos deja una muestra tangible del brutal panorama rap que existe actualmente en Zaragoza.
Javier Bermejo Morato