• CRÓNICA CONCIERTO DE TACHENKO

Concierto de Tachenko en Las Armas de Zaragoza el sábado 7 de noviembre.

El concierto del pasado sábado no vino sino a confirmar lo que ya teníamos claro, que Tachenko es un grupo de primera división. Decían ellos en una entrevista del Mondosonoro que aún les queda alguna Recopa por ganar y, con su reluciente “El comportamiento Privado” bajo el brazo, hasta la Champions podría jugar la formación maña a poco que hubiera justicia en el mundo.

Lo de que nadie es profeta en su tierra, ayer, a juzgar por el lleno que había en la sala Las Armas, se quedó en un simple dicho sin sentido y además, jugaban en casa. La peña estaba entregada y se sabía las canciones al dedillo, hasta las más nuevas, y eso dice mucho del público y del grupo.

Tachenko salió a escena para presentar su último trabajo y así lo hizo, literalmente. Fueron sonando una a una todas las canciones del excelente “El Comportamiento Privado”, desde “Los Festivales de la Fé” hasta “Más Madera” (qué buena) pasando por “Las Claves” o “Estilo Internacional” entre otras.

El sonido estaba a su favor y flotaba en el aire la sensación de estar viendo a la banda en su momento más dulce, en su punto álgido, además de que en directo suenan mucho más duros y potentes. Los teclados del recién incorporado Rafa Domínguez (que también se calzó la guitarra en algún tema) le dan un empaque a las canciones que antes no tenían, un rollo psicodélico si me apuras que mola un montón. Otro que se estrenaba era el bajista David García “Libi” y oye, excelente fichaje, cómo toca el bajo ese hombre, muy bueno.

Después de sonar el último disco nos regalaron temas que son ya clásicos del pop mundial como “El Coche Real”, “La Resistencia”, “Amable” (qué bien recibida fue), “Levántate”, “Suerte y Relámpago”, “Escapatoria”, y un bis, con “Tírame a un Volcán” y la fabulosa “Dame una Pista”.

Bueno, pues eso, que “Tachenko” (Sergio, Sebas, Alfonso, David y Rafa) son grandes y pueden estar orgullosos, dieron un buen concierto y la gente salió de Las Armas con una sonrisa en la cara.

Ricardo Martín Gaspar